6.8.07

China manda hasta en los espíritus

Al loro con los chinos que serán la primera potencia mundial de aquí a poco. No me refiero a su poder militar o económico que evidentemente están cada vez más en auge, sino a su verdadero "poder" en el más amplio sentido de la palabra. Me tienen asustado porque literalmente parecen tener "el poder de un dios", según se refleja en una noticia aparecida hoy el el País Digital.

Resulta que han prohibido la reencarnación del Dalai Lama. No tengo más que rendirme a su omnímodo poder, capaz de decirle al mismísimo espíritu de Buda que no se le ocurra reaparecer en el cuerpo de un chavalín tibetano, o descargará la ira del dragón sobre él (más bien sobre muchos tibetanos, que es donde está el problema). El día que estemos bajo su influencia-colonización, ya me gustaría a mi ver un decretazo de estos prohibiendo la transmutación del pan y del vino en la eucaristía. Conseguir esto si que sería un auténtico milagro.

La crítica radica en la verdadera naturaleza de tal decreto de prohibición, que no es más que ejercer aún más el control sobre la región del Tíbet y agobiar más a ese pueblo, pobrecitos míos, para que no puedan decidir sobre su futuro. Esta sí que es una verdadera opresión y no la que promulgan algunos personajes por lares más próximos.

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